Fascistas

No soportan que piensen diferente
les corroe la rabia en sus entrañas,
se apoderan de la palabra España
y se adueñan del pasado y el presente.
Y digo del pasado y el presente
porque no quiero ni pensar en "su" futuro,
que abarca al reaccionario puro y duro
que cara al sol se muestra intransigente.
Vergüenza da escuchar en sus escaños
ese lenguaje burdo y trasnochado,
de pijos y niñatos de mal paño
con aires de grandeza y trajeados.
No existe una palabra que defina
lo que siento por estos "elementos"
creciendo mis arcadas por momentos
al igual que las bellotas en la encina.
Ni la mofeta hedionda en sus costumbres
ni el cerdo pestilente en su piara
compararse pudiera con la herrumbre
que por su "hocico" va soltando esta "manada".
Y le pido a mi cabeza que no piense
lo que a voces va dictando el corazón,
que si "esas carnes" en mis manos cayeran
cuchillos en el mundo no existieran
para cortar lo que quiero cortar yo.
¿Donde está el Dios que pregonan?
¿Donde El que el hombre creó?
El de los diez mandamientos
El de la Cruz y el tormento
El que nunca he visto yo.
Porque si en verdad existiera,
ese Dios que me han vendido
nunca hubiera permitido
que una mujer los pariera.
Asco del saco de abono
que representa al fascista
de pensamiento tan corto,
que demuestran al nacer
mil razones para hacer
el peor de los abortos.