Eres única, desde que fuiste creada,
te crearon muy diferente;
mientras dormía profundamente,
el ser omnipotente
sacó una de mis costillas,
y cuando desperté,
de todas las maravillas,
fuiste la más hermosa que miré,
tanto, que me hizo exclamar:
“hueso de mis huesos,
carne de mi carne…”
el comienzo de mis versos
y mi razón de amar…
Nadie se queja del sol
porque nos da su calidez;
cuando todo lo creó Dios,
aseguró que era muy bueno;
si esto es así,
me pregunto, por qué insistir
en tener ese mal concepto,
de ese noble ser…
ya quita esa estupidez,
que tienes hacia la mujer
de rebajarla, de despreciarla;
entiende que no es un objeto
ser hombre es darle respeto,
y nunca dejar de amarla.
- Autor: Oscar Lugo ( Offline)
- Publicado: 7 de enero de 2020 a las 14:10
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, alicia perez hernandez
Comentarios1
MIS REVERENCIAS POR ESCRIBIR TAN BELLO DE PRECIOSO A LA MUJER. DE MI PARTE. GRACIAS.
SALUDOS POETA
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