Ella...

Ella, se despertó suspirando un pensamiento...
y ese pensamiento era sobre él.

Y abrazo su pecho gélido
ante el frío de extrañarlo, tanto.

Se puso en pie de un salto y vistió su cuerpo desnudo...
se peinó e hizo una cola en el pelo.

Mientras, observaba en el espejo sus ojos imaginando los de su amado... mordiéndose los labios en deseo.

Ella, se puso hacer cosas rutinarias, y después de desayunar (tarde para variar) tomó su toalla, ropa interior, blusa y jeans, para darse una ducha.

Y desnudo su piel, y sintió su entrepierna húmeda y quiso con su pensamiento, poderlo traer para sentirlo a espaldas de ella, acariciando su cuello con un suave beso.

Mas eso no podía ser.

Respiro y abrió la llave de la regadera
y se permitió sentir intensamente cada gota fluir desde su cabeza hasta los pies.

Era helada el agua.
Ella, estaba ardiente...

Así que, no importaba, sólo en él pensaba, en cómo sería ser surcada por sus manos varoniles.

Ella, se sorprendió así misma, siendo erótica y perversa por pensar en todas las cosas ricas que con él haría... que se sintió una cínica pecadora, ya que por primera vez en su mente, era nula la culpa.

Ella, se volvió pensamiento
y lo dibujó en su imaginación
y eso la complació...
y sucumbió a perder el prejuicio
de activar su propia pasión.

Y fue la mejor sensación...
porque él era la inspiración,
la savia paradisíaca producto del amor y el deseo,
más dulce y más perverso.

Ella... ella, subió al techo a escribir,
y ahí, seguía recordando esa emoción de hacia unos minutos...
extrañando sus versos
y lo fogoso de poder hacerlo suyo,
tanto, que sus poros no podían disimular
lo que sólo él le solía provocar...
sin importar hora, momento o lugar.

Ella, suspiró y lo extrañó...
ansiando que él también lo hiciera,
que él también la deseara
y fuera más fuerte todo eso entre los dos,
antes que cualquier otra razón.

De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )

Publicado el 07/01/20

12:32pm

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