Me cruzaste con donaire
tan segura de ti misma
y te amé niña atrevida...
Y ni siquiera sabía
ni quien eras ni adonde ibas,
sólo se que me pasaste
galopando así en tu moto
al costado de mi auto.
Y al perderte entre los humos
de mil rugientes demonios
sentí una pena profunda
y me incliné en el volante
y una oración musitaba
al escuchar el estruendo
de un impacto allá en la esquina.
Vi mucha gente corriendo
y sentí que aquí en mi pecho
algo de mí se moría;
y pude ver la ambulancia
recoger tus mil fragmentos,
pedazos de tu inocencia
Oh muchachita atrevida...
Y allá en el jardín las flores
lloraban desconsoladas,
pues su rosa más preciada
lentamente se moría...
Y recibí finalmente
aquella triste noticia...
ya no más me cruzarías
en tu moto velozmente.
Oh dulce niña atrevida
cuánto quisiera en el cielo
verte saltando entre nubes,
persiguiendo algún cometa
explorando mil galaxias
y mil soles recorriendo,
en una moto dorada
fiel regalo del Eterno.
R. Gruger / 1985
- Autor: R. Gruger (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de julio de 2010 a las 09:11
- Categoría: Triste
- Lecturas: 464
Comentarios1
Tristísimo...
y con una ternura que eriza la piel.
Me encantó.
Un abrazo.
Tu siempre tan gentil, amada nena nicaraguence. Dios te bendiga. Ojalá pueda conocerte antes de que el Señor me traslade a Su presencia. R. Gruger
Y qué te lo impide?
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