La mañana, amanece con el frío propio de la estación
recién llegada, podemos decir, que ha colonizado mi
frente, momentos después de pisar la calle...
En casa, el reloj sigue engullendo el tiempo, al propio
tiempo que, las paredes de las habitaciones conservan
su estructura geométrica rectángular, sin ánimo alguno
de verse alteradas.
Al llegar el mediodía, el sol, decide entonar su himno
de fuego, mientras que la brisa sopla impregnada
de humedad, procedente de la escarcha depositada
en las plantas durante la noche.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 13 de enero de 2020 a las 06:06
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, pani
Comentarios1
La naturaleza en su ir y venir que también nos afecta.
Apapacho mi querido Emilio.
Muchas gracias Yamila por tu comentario.
Apapacho!!!!
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