Negándose al frío se abre la flor resistente
sudando los restos de las nieblas matutinas.
Hasta el degüello de la mano que arranca su rutina
alarga la distancia desde su asomar de valiente
con un lento y orgulloso despliegue brillante
de pétalos que parecen invulnerables a la ruina,
labios aromáticos sobre la mustia y ajada vaina
de un tallo sin hojas y con guardia punzante.
Derramarás tu gélido rocío en la mano sangrante
del cobarde que te llevará como ofrenda a su reina.
- Autor: Luis Torres Veloso ( Offline)
- Publicado: 14 de enero de 2020 a las 08:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
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