Esa noche era hermosa... los astros desfilaban majestuosidad, las estrellas se acentuaban con determinación y La luz de la luna alumbraba toda la tierra.
Y... ante tanta grandeza, ahí estaba ella, sintiéndose tan pequeña.
Admirada por el espectáculo, se mantenía absorta y no se percataba que unos ojos marrones la miraban con mucha atención, desglosando su presencia a tal precisión que ya adivinaba cuando iba a sonreír de nuevo.
Ella deseaba que alguien la mirara como ahora miraba ella las estrellas, que alguien se sintiera tan admirado que no tuviera voluntad de dejarla.
Sentía tanta nostalgia esa noche... Y sintiendo frío se abrazó así misma.
Un movimiento involuntario lo llevo hasta donde ella estaba y sus brazos le ofrecieron abrigo.
La energía que traspasó su sentidos fue tan poderosa que su piel se había erizado y no fue por la briza nocturna, pero no fue hasta que sus ojos tristes se encontrarón con aquellos ojos marrones que entendió que sus peticiones ya habian sido escuchadas.
- Autor: RBD (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de enero de 2020 a las 17:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, alicia perez hernandez, Lualpri, Anton C. Faya
Comentarios2
A VECES BASTA PEDIR SI PUDIÉRAMOS ENTENDER EL PODER DE LA PALABRA? TODO HA SIDO HECHO SOLO PEDICELO COMO TU HERMOSA PROSA
ABRAZOS POETA
Muchas gracias por su tiempo y así es, el universo baila al compás de nuestras vibraciones, depende de nosotros que esas energías esten orientadas hacia lo que queremos y no a lo que no queremos. Gracias y besos desde este lado.
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