Le pido a la austeridad
que no afecte a mi alimento
que el dormir no me lo toque
pero sí, mi pensamiento.
Ojalá no fuese verdad,
esta angustia que me inunda,
es una temeridad,
continuar cual moribunda.
Pero no me queda otra opción,
que continuar el camino,
aunque a lo mejor ni exista,
aunque ya me haya perdido.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.