Sombras y tinieblas gobiernan mi ser,
las venas son el alimento del veneno,
la piel, el cobijo del temor.
Oigo llorar a una mujer,
un llanto por la pérdida de su hijo.
...Es el grito de mi voz.
El desierto y el hielo son las vestiduras
de mis heridas.
El temor, tan sólo es la sonrisa de la muerte.
Ojos llorosos veo,
no temas alma mía,
porque la tierra es la prueba de la mentira;
y el agua, la boca maldita del hablante.
..Es el grito de mi voz.
Las piedras son mi alimento,
pero yo nunca tentaré ante Satanás.
La víbora, el voraz animal,
es la compañía de la Santa Muerte.
...Es el grito de mi voz.
- Autor: Dara, La Rusa, Sanz, etc. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2020 a las 15:24
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 103
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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