Por más que el tronco viejo malhadado
por sus arrugas bellas se convierte,
desde la gran simiente hasta su muerte
el retoño suyo nace abrazado,
como un rayo esperanzador callado
y que nuevos mundos el tronco advierte.
Por más que el leño se desangre, vierte
sobre el vástago el jugo afortunado.
Inconsciente a sí mismo se sucede
a pesar de que el tiempo y senectud,
avasallen su amargo pensamiento.
Tallo débil que al renuevo precede ,
tan diestro y rebosante de virtud
que al futuro ferviente acoge hambriento.
- Autor: Dario Antonio Caucelo Tey ( Offline)
- Publicado: 19 de enero de 2020 a las 08:36
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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