Te lo advierto:
derramaré palabras sobre
tu procesión de imágenes.
Permitiré que el fruto cuaje la rama
y la arrastre consigo en la caída.
Yo fui esa hoja en blanco que ahora presumís de poema,
Esa soledad de grueso libro encorvado, previa a mí mismo.
Tan zapato irreversiblemente
bajo la cómoda,
tan orden aparente pero
alguna muda de ropa sin guardar,
casi acechándote.
Vos fuiste las polillas invadiéndonos
junto con la fiesta de los insecticidas
y los estornudos.
Aquella cuerina cenagosa y verde
adherida a la piel,
casi retractándonos.
El licor donde por fin olvidé mi sinsentido.
Pero no quise ser
el predecible desgaste en la pared,
Ni que fueses la estática
marca de humedad
(aún más dolorosa
que cuando no dejaba de crecer).
¿Te diste cuenta en qué momento
dejaste de crecer?
Te lo advierto:
detendré a palabras tu alud de silencio
a ver si así consigo
abrazarme a mi reflejo
que perseguís calle arriba
y tomar un mate o dos,
ya con tu ausencia más sosegada.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de enero de 2020 a las 17:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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