La noche tibia de estío
se profana iluminada
en su mirar.
Blanca de lunas
entre brillantes estrellas
las mejillas y esas lágrimas
de amor pronunciadas.
Él en la negrura de sus ropas
abraza el candor
y sus besos descienden peregrinos
de la dorada sien, a su cuello
entre clamores
de nocturnas aves
en tanto unas pequeñas gotas rojas
se desperdician
en la tierra sedienta.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de enero de 2020 a las 09:41
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: anbel, Yamila Valenzuela
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