Mi Tierra, que no siempre la sentía mía, ya que, más que tierra mar era
disfrutaba sentarse en mi orilla
Y jugar entre mis pantorrillas
Ella solo me escuchaba si dentro de un caracol mi voz se arrodillaba
Y si quería enviarme un mensaje
Que a dios le rezara
Su silencio me besaba
Andaba siempre descalza
si tenía pena me exclamaba
Tranquila caracola
Cántame una barcarola
Me Sanaba como sonaba
Y hoy rece a dios para que me inspirara
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