La contemplé anclada y escorada a estribor...ella se
mantenía a la espera de la subida de la marea, para
partir como cada día, regresando a su sutil balanceo.
La contemplo en su descanso, y aprecio su mirada
puesta en la lejanía, donde se divisa el devaneo del
oleaje con cresta de espuma blanca.
Adora surcar el lugar de sus sueños, donde el mar
se muestra embravecido, y el cielo le tiende su manto.
Cuando llegó el momento de partir, me limité a
contemplarla con serenidad, viendo como se confundía
en el horizonte el cielo el mar y los deseos!!.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 24 de enero de 2020 a las 05:37
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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