Ahora mi destino es pensarte,
cuando cae la noche y llega tarde.
No intento darte más reproche duele cada mañana y por las madrugadas arde.
Arduos son los días sin tus besos, sin tus sueños.
Sin tu mirada ni tu figura embarrada a mi cuerpo.
No intento olvidarte aún que trate de no pensarte mi corazón lucha por no mencionarte, pero esta vez el cerebro te busca ordenando a la sangre rastrear te, una recompensa por tu risas, por el aroma de tu nalga o inclusive de tus ingles.
Melómano de la melodia de tu tracto de cada ronquido de cada gemido que emitías en el orgasmo.
Mis brazos ejercitados son más fibroso y fuertes pero de que sirven si no pueden sostener te?
Se que debemos ser fuertes que pronto volveré a verte que esto es un escarmiento por no complacerte como mereces.
Esfuerzo no es nada, el dolor y la tortura no se comparan, con lo que siento ahora que escribo estás palabras desde el fondo de mi alma, amada mía tu eres mi más grande maravilla, a pesar de que eres mía seguiré cada día escribiendo una guía de cómo despertar y mirar tus pupilas sin que sea en mis fantasías; si no en nuestro estanque de mágicas aguas cristalinas donde construiremos un Pharo más bello que el de Alejandría.
- Autor: Luis Renoud (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de enero de 2020 a las 19:11
- Comentario del autor sobre el poema: Le extraño a morir
- Categoría: Amor
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: librarian
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