Dejad que el látigo fustigue al ébano
que yace postrado en tierra Española
dejad que corte y que sangren sus venas
ante el pabellón que el amo enarbola.
Que opaquen estrellas las punzantes lágrimas
del negro rostro que no da por vencido
el fiero combate contra el déspota que ahora
forja el grillete que lleva al tobillo.
El sabe dónde palpita la herida
cual hija del golpe que va sufriendo
hace que clame a la muerte misma
para el rescate del vil infierno.
Su sombra busca el porvenir silencioso
que esconde el manto de la nocha oscura
¡Guarda a tu hijo Olodumare!
¡No desampares al lucumi yoruba!
Que levante su espíritu como quien alza el vuelo
que por más despreciable que sea la injusticia
¡Que siga su lucha, que llegue hasta el cielo!
¡Que la humanidad sentirá su desdicha!
©2020José Luis Silva-Díaz
- Autor: José Luis Silva-Díaz ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2020 a las 10:25
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 54
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