¡Oh! ¡Patria mía! Escucho tu cantar,
tu bandera que ondula al viento,
y el sonido del regimiento
al avanzar.
¡Oh! ¡Patria mía! Escucho tu cantar,
nuestra grandiosa lengua,
nuestra Historia, bendita Historia,
y en el fondo a lo lejos, nuestro mar.
Pero algo cambia,
lo siento patria mía, te dejo de escuchar,
ni la lluvia será nuestra,
ni la tierra, ni el Sol, ni el viento
ni siquiera la mar.
Por mucho que pretendamos
todo esto robar.
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