Al amanecer, el sueño
Deshoja su piel, se torna clara
La permanencia de lo vivo; arrebata
Como si la alegría fuera
La posibilidad constante
Su imagen acabada y abriera
Sus límites : ilimitados
Y la infinitiva esperanza
Al mediodía, el calor dilata
La extensión de los placeres
Nos encontramos cada uno
En los deberes del otro
Nos movemos entre la luz
Siendo parte de lo que somos
Al atardecer, la ciudad cambia
Sus murallas; toda entera
Como si la nostalgia tomara sus contornos
Y caminara viva por sus calles. [E. Navarro]
Al anochecer, la civilización deviene
Sueño retornado, sus pieles
Se desvanecen ante la negrura
Cerrada a sí, ambivalente
Como si la angustia o la calma
No fueran un como si distante
Sino la única realidad que cambia
Ante la extensión de la ciudad:
Tu consciencia de amor y muerte
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2020 a las 21:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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