En la tarde oscura
sonaba la gaita,
en manos de un niño
de cara rosada,
sus notas benditas
cual brisa llegaban
con besos del cielo
muy llenos de magia,
tenían encanto
sonrisas y lágrimas,
y estaban cubiertas
de sal y resacas,
y yo las oía
y allí me atrapaban,
¡bendita inocencia
del sueño y su estampa!...
La verde campiña
paciente escuchaba,
las notas silentes,
altivas y bajas,
las fuentes envidian
las voces tan claras,
los ríos se suman
y cantan sus aguas,
se acercan los ciervos,
las sombras avanzan,
la luna se asoma
y ofrece una nana,
y el niño que sigue
pulsando, con calma,
la línea difusa
sin voz ni palabras...
"...En la tarde oscura
un hombre escuchaba,
los copos de nieve
llegando a su alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2020 a las 08:38
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: pani, Texi, LEONARDO HENRRICY, Yamila Valenzuela
Comentarios1
Magnifico poema......una delicia en su totalidad. Que ritmo....que armonía...que tema. . Me lo disfruté de rabo a cabo.....
Gracias Leo.
Un saludo.
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