Cuánta violencia para imponer un nombre.
Como si fuera el silencio mismo, el que
ocultara en su templo de rocas ensimismadas,
la verdad arreciada. Lluvia de un cántico inasible,
piedra equidistante de la jovialidad moribunda,
gesto extraño que pone boca y ojos en la nada multiplicada.
Sí, apenas tiempo y nada y sótanos, en que esconder
la vulgaridad de ser cuerpo o ramas. Hubiera
preferido tener escamas, orillas, lechos, anillos,
en lugar de tanto aire, en lugar de fuegos ocasionales.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2020 a las 11:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, alicia perez hernandez, Yamila Valenzuela, Anton C. Faya
Comentarios2
INTERESANTE COMO TODO LO QUE ESCRIBES.
PLACER LEER TUS LETRAS,
SALUDOS POETA
Gracias Alicia, un saludo cordial!
Interesante puede que si...Me falta intelecto. No entendí nada
Gracias Texi, saludos!
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