Ya las flores de tu jardín han quedado tristes y solas desde que te fuiste madre,no quedan ni las amapolas.
Los lirios,el jasmin y la verbena se han marchitado,se han ido para siempre,sin esperanzas de volver a mirarlas,han partido.
Todo está desolado,todo tu jardín está abandonado. Da tristeza ver como todo es tan diferente,sin tu presencia todo es hiriente.
En el fondo,detrás del tamarindo hay un rosal tímido y seco llorando; lo regué a diario sin descanso pero el rosal no quiere seguir luchando.
Todos los días lo he regado,agua no le ha faltado,pero ese rosal no quiere vivir,ni hojas ni rosas tiene,ni espinos ni raíces se obtiene. Triste,de tanto implorar por su vida me senté frente a ese rosal sin nada que hacer,canté la canción que mi madre cantaba con tanta pasión.
Asombrada,miré que en una noche una hoja le creció y alegre me senté para entonar otra vez aquella canción,¿Creció con motivación?
El rosal floreció cada vez que le entonaba la canción que mi madre querida cantaba cada mañana,y yo entendí que también la extrañaba.No sabía que también las flores sufren con la ausencia de quien las siembra,ahora me doy cuenta que también ellas lloran mostrando su sombra.
Tu rosal está contento madre mía,cree que tú regresaste al oír tu canto. Desde el cielo mandale agua para que siga creciendo sin ningún llanto.
PB Lupita
- Autor: Mag Palmer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de febrero de 2020 a las 02:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Yamila Valenzuela
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