Anda, camina,
no temas al destino
que va contigo.
Cuando te canses,
te paras un momento
y recuperas.
Luego adelante,
prosigue con tus pasos,
no te detengas.
Verás un pueblo,
que espera tu llegada
ansiosamente.
Te necesita,
precisa tus caricias,
y tu ternura.
Tendrás la fuente
corriendo, cantarina,
para tus labios.
En la colina
verás la adusta iglesia
con muchos años.
Y te hablará,
te contarás sus penas
y mil leyendas.
Tú dormirás,
entonces, por la noche,
mi mariposa.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 11 de febrero de 2020 a las 08:16
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Texi
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