Perdimos los versos en la noche de oscura poesía... melancolía que decían que te enamoraría, alto precio pagaría con condena fría de no escuchar tu voz en melodía, era de esperar que llegara este día... el día de un fín sin final en el final de los días...
Ya no me quedan palabras en la recámara de mi corazón para que al viento gritara.
La luna está apagada en el averno que me tienes sepultada, entre nieblas abandonada.
Otra noche más insomnia vuelve a buscarte, entre ironías para tentarte como diablo de no sé cuál arte, buscando melodías que no llegan de ninguna parte y la alevosía se preocupa de mirarte.
Casi un mes sin saber nada, ya no hay lágrimas sobre la almohada, la ira está alojada en mi sombra desalmada, mientras tus palabras pesan, pasando los días busco tu alma un poco más cerca de mía.
No encuentro sosiego quemaste mi alma con tu ego, apartaste esperanza sin un luego y rechazaste poniendo fín a cualquier ruego.
Ahora siento lo éfimero, como la vida que pasa, mirando atrás son años que nos retrasan, son sueños sin la realidad que puse con empeño, tu frialdad puso un gran freno y la irrealidad sometió mi cabeza sin piedad.
Volví a ser frágil ante la derrota, um soplido, mil pedazos, recogerlos mi cometido pero, será despacio, y tú, sin saberlo, sin emoción alguna, no volverás a ser el de siempre, no volveremos a observar la misma luna, serás leal y decente con la gente que te adora y te quiere, tendrás palabras malditas para quien te robó el sueño, alguna lágrima y por lo que tu corazón palpita.
Encontrarás esperanza cuando cupido te lance otra lanza, y serás feliz sin alabanzas, sobrevaloré toda tu andanza, confieso que me enamoré de un ser sin límites, de una tierra sin duda la más bella, de la bestia de tus interiores y de la persona que vistió mi mundo de colores...
Se acabaron los errores, tengo que salir del bucle de horrores causados por desesperanza, asesinarlos y enterrarlos en este infierno de carbones negros que se asientan en mi oscuridad tan profunda, es lo que siente mi corazón cuando visita mi tumba, ardiendo huracanes, magia negra entre tempestades, por un ser lleno de hostilidades, sin saber no hacer daño porque se acabaron las oportunidades...
Recuerdo cada luna, principios emocionantes, el día pensando en escribir para que acabáramos cuanto antes, era el brillo del sentir, el pitido de cada mensaje, palabras bonitas que salieron de tu voz aportada en los dedos, cada tarde, cada recuerdo, sonrisas me sacaste, carcajadas algún instante, ilusión por conocerte, tantas veces lo intenté y no volví a verte...
Me arrepiento de esas navidades, te acuerdas que querías bajar a conocer novedades, y yo como tonta, decidí hacer caso a mi cabeza en vez de al corazón de mazorca... qué diferente hubiese sido, podríamos haber cruzado caminos, mi vida hubiera cambiado de sentido, y el tuyo igual lo hubiera decidido, esa noche me persigue, no eras cuestión se un solo ligue, eras mi ángel de la guarda, ahora el más oscuro que me aguarda.
Y esas conversaciones, mis ojos no los olvides, los tuyos están clavados en mi alma, y no por no volverlos a ver se me olvidarán.
Soñe sueños con tus labios, soñé arena, mar y otros fenómenos extraños, luego empezaron las pesadillas y acabé atada a una de mis sillas, desesperé sentada y cuando de pronto parecía que el mumdo se paraba, era cuando empezó a girar de manera incontrolada.
No me olvido de aquel año, sin cobertura buscándote a tí, un extraño, maldije leones por despiste o engaño y cuando llegué a gorilas, unos kilómetros que parecieron millas, busqué entre tanta gente cotilla y me encontré observada por mil miradas que sabían que algo buscaba, no encontré tu mirada, en ese momento sentí que te alejabas y me abandonabas, lloré mares buscándote en arnia, y al fín sabiendo que me equivoqué, tiré millas humillada, triste y desganda, rota, llorando como una loca y fue el día más doloroso contigo, mi alma en eso no se equivoca.
Dejé de dormir, me abstuve de comer, no se puede morir de amor pero yo lo intenté, y después de tanto dolor, de gritar penas provocando huracanes en mi interior fue mi mente la que desconectó, era locura bien lo supe yo, una tortura con cada visita a quien eso cura, y la medicación un tanto dura por tener que desengañarme de que todo fue una invención con desmesura.
Da igual lo que digan, yo sé lo que siento y aún en el abismo de este infierno he hecho migas con un tal cancerbero, me cuida para no delirar demasiado, me inspira a no ver lo que está al otro lado, me castiga si caigo en pecado y fustiga cada palabra que te he brindado...
- Autor: Dreamcatcher (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de febrero de 2020 a las 01:12
- Comentario del autor sobre el poema: No saber de tí, ser fuerte con la decencia que pediste y no volver a verte
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 76
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