Un simple sueño
dejaste en la almohada
para entregarme.
Con él mil besos,
en letras y en los versos
de aquel poema.
Y estabas tú,
guardiana de mi vida,
siempre tan linda.
Y me dormí
envuelto en la ternura
de tus canciones.
Aquellas nanas,
con música admirable,
hoy las añoro.
Porque formaban
la parte del conjunto
que tanto amaba.
Y es que los sueños,
deseos de otras vidas,
siguen latentes.
Pero te busco
en medio de la noche
que está nublada.
Algunas veces,
te asomas perezosa,
querida luna.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/01/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 19 de febrero de 2020 a las 08:09
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios1
Hermoso, tierno y soñador poema.
Apapacho querido Rafael.
Gracias Yamila.
Un abrazo.
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