Lloran los robles,
alteran el paisaje
del viejo parque.
Lloran las hayas,
rechinan los recuerdos
entre las matas.
Lloran los hombres
cansados de promesas
surgidas gratis.
Y es que los robles
con formas subyugantes
eran un sueño.
Con las encinas
formaban un presente
inigualable.
Por eso el hombre,
hoy llora, entristecido,
junto a los árboles.
Hubo otros hombres
que un día prometieron
nunca cortarlos.
Pero los robles
y encinas ahora yacen
decapitados.
¿Por qué mentir,
podar las ilusiones
de tantos niños.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/01/2
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 20 de febrero de 2020 a las 08:40
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 65
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Comentarios2
Llora el adviento que perece con el viento.
Precioso. Un placer leerte. Saludos
Gracias por tu comentario Nuria.
Un saludo.
Hermoso mi querido Rafael, es un canto triste, pero hermoso.
Apapacho!
Gracias Yamila.
Un abrazo.
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