Fue una sombra sin tregua
que iba guarnecida de guarniciones,
de colores de la paleta del sentir,
de acechos en todos tus pasos
y sembrando tus climas con un lento pasar.
Fue un día de fruta madura
y sueños de dientes clavándose en tu fruta.
Tenia tu piel todas las orillas
que fraguan las flores de aromas lejanos.
Había nudos en mi garganta
y cuerdas de volúmenes abatidos
en mis manos volando hacia ti.
Este mundo de palabras
que son huesos evidentes
en un ataúd de olvidos
son solidas construcciones
de que no te olvido.
Hay un beso marcado,
escrito, tallado sobre las dos mitades
de un fallecimiento imposible.
Hay una forma dura y sonora
en este sentir
preñado de labores imposibles.
Hay un jornalero diario
en cada pie de esta espuma levantada
que con su azada de material de sueños
va a su quehacer diario.
Tengo un hospital de urgencias
con médicos que curan con puntadas de recuerdo
y una enfermedad verificada.
Y tengo un baúl de humo
donde dejo los verbos del querer
para que se hagan ceniza
junto a los hierros de esta constancia que me vence.
- Autor: susoermida ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2020 a las 12:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
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