Cuarenta estudios del amor y una canción desesperada SP.40-80 N°18 op. 118 SP.57 "La noche"

Juan Gress

Cuarenta estudios del amor y una canción desesperada

La noche cae sobre tu

alma mirando el torrente

de un haz de luz blanca

viajera a la tumba

de la tarde muerta y tibia.

Tu voz se agita en el

vacío profundo de las entrañas

del enemigo de la tarde,

se agita al compás

de la mariposa volando hacia el

viejo occidente.

Mientras tú me dices al oído

que no me marche con el

atardecer de mis ojos.

Y tú haces el umbral de la noche

lóbrega una hermandad al vaho

de la tarde fallecida y dolida.

Ser de tan descuidada apariencia,

ser maligno del mundo plutónico,

acechador de la tarde muerta

y vencedor de la noche vividora.

Oblígame que no detenga mi

camino.

Envuélveme sobre las llamas

del enemigo del hombre: el

amor.

La noche cae sobre tu vida

como alma penante, por

el ostentoso poder de

tu amor solitario.

Enséñame la claridad de tus 

ojos,

y cúbreme con tu cabello

mis fortalezas.

Enceradora de la pronta 

venida del terremoto 

de mis tristezas.

Mariposa blanca de pureza

en donde cavas tu brillo

en la penumbra

del deseo bochornoso y

duradero deseo.

Amiga de lo divino,

amiga del destino,

amiga del amor,

amiga del dolor.

Pero yo sólo soy un pobre

muchacho creyente de

la noche en la espera

de tu amor.

Noche fría y llorosa,

llorosa noche estás

porque la luna ni las estrellas

tienen su brillo.

Pero tú sabes dónde está

el brillo de la luna y

de las estrellas:

el brillo son tus ojos.

Sólo tus ojos le pueden

dar vida a la noche

triste y llorosa.

Tu boca es la responsable

de la alegría de la

noche.

Recoge de los escombros

de tus tristezas 

hirientes, los recuerdos alegres

de aquellos días de febrero, y

deja en el olvido los días

últimos que estás tan

solitario.

Saca a la luz recuerdos

nuevos, por ejemplo

de la última vez en que

partiste, pero con una

sonrisa.

Var I

Noche de alegrías sin espera,

deja ru tristeza solemne,

agita tus brazos porque vendrás

llena de brillo que alegrarán

la vida desesperante de 

los demás.

Deja la cítara vieja sin alma

y toma el arpa con coros

divinos

de los recuerdos

pasados sombríos.

Var II

Noche, amada noche,

noche de sueños y

recuerdos de amores que

todavía no son vividos.

Noche tibia y amorosa

concédeme el deseo

presente de mis díaws 

que tengo...

volver a ver a mi amada.

Var III

Sé que ella me quiere todavía,

mi corazón no deja de

suspirar el deseo que

tiene de la sed de

su amor a ella.

En la luna de cristal viva 

se refleja su rostro,

y el anillo reflector

de su luna:

son sus ojitos.

 

 

Var IV

Amada mía, por ti estoy escribiendo

pues mi corazón con éstos versos

poéticos, expresan el amor

hacia ti.

Tus ojos son como bellas

gaviotas volando por el 

abrigo de la primavera

joven.

Mis temores se presentan

en el alta carácola de

los días presentes y

venideros.

Cuando estoy a tu presencia

del sabor de tu mirada, me

siento dichoso de amarte 

y de tenerte en mí.

Deseo de tenerte entre

mis brazos soñantes.

Var V

Lluvia de tristezas

agonizantes.

Tarde triste de tu vida

pasada.

Espada de dolor y arma

mortal de la flor caída

y temprana partida.

¿Por qué voy a amarte tanto

si yo sé que ya partiste 

sin decírmelo?

Te llevaste contigo mi corazón

aún amándote sin dejar

sospecha nata.

Las horas me acompañan

en el caro desierto

del ultratumba

infernal.

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