No hay una luz en el desierto,
el agua no se detiene,
no hay miradas,
ninguna mano amiga.
Tenía fe en las palabras,
y quedé en la orilla,
a pocos metros
de ninguna parte.
El sol en el horizonte,
soy una sombra que se apaga,
las gaviotas se alejan,
soy la piedra que se hunde,
la arena cubrirá mis huellas.
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de febrero de 2020 a las 22:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.