La enfermedad de Caín.
El vacío es lo que queda es lo que hay, si lo supieran todos
Naceríamos ya locos y con la cara llena de rabia y de sed.
Ven echa un vistazo antes de saltar.
Perversos nos creemos todos en un mundo donde danzan las hienas.
Pero hay quienes viven aún más hondo…
Los que alegres se muerden y arrancan las venas y su ombligo.
Los locos no son los enfermos de excesos o de melancolía.
Cuando el hoyo negro desenfrenado, en espiral se expande desde adentro…
Obscuridad y rabia
Negro pintado sobe rojo…
Locos son los rotos por la ira.
Sangre, llanto, vísceras y risas…infancias tormentosas, abusadas…
Dolor no comprensible, intolerable…ése nunca se acaba, nunca descansas.
Sexos destrozados y cáscaras de piel…runas erráticas se caen de la esquina…
Luna carmín chorrea roja tinta
Negros los ojos cerrados que pinta.
¡Abel tenía que ser vengado!
¡Setenta veces siete se ha vengado!
Y le sobran ahora otras
Setecientas
Setenta y siete
Veces
Y si no es de Caín ¿de quién será ahora el crimen que estamos pagando?
La mirada pesada es la saturada de muerte
La sonrisa que sólo en la vorágine se sacia.
Pobres de los que escuchan chillonas voces asesinas…
Unos ojos ya sin párpados les desgarran el corazón desde adentro…
Siempre tienen frío, siempre tiemblan…
Sólo ellos no cuentan, sólo ellos están de verdad solos y tristes.
Estoy seguro que es a ellos a quién Dios ama en serio…
No son bellos, son su error…desperdicio de carne y de tiempo.
Comandos subliminales desde lo más podrido que podemos ser.
¡Quema su carne!
Mata a tu padre Viola y desmiembra a tus hermanas
Cómete a tu amante Sácale los ojos a tus hermanos
Destripa a tu madre ¡Salva tu vida! ¡Sacia tu hambre!
¿Qué maldición? ¿Qué defecto, les obliga a estar manchados de muerte?
¿A no amar y a no temer?
Pobres, pobres almas solas…hasta ellos se abandonan.
Siento que nos burlamos todos con la gastada y poco dramática analogía.
Pues se dice que se “fractura” la cabeza…
Yo digo que la parten…
Pues me han dicho…
Que ellos estaban bien hace tan sólo un instante…
Que sabe amarillo…
Y que se escucha más bien cómo un golpe seco y después… un rasguido.
Y he visto que después de eso…ya nadie es.
¿O será que sólo ellos son?
Sé que cruzaron la línea, se salieron…
¿O será que entraron?
- Autor: Pepe Golpe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de febrero de 2020 a las 03:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana
Comentarios2
Cuánto dolor guarda tu alma... Qué dolor se vislumbra.¿ Qué hecho de tu niñez te ha marcado de tal manera.?
Excelente!!!
Amalia
cariñoso saludo Amelia, sólo me inspire en la psicopatía...cuanta soledad y tristeza...cuanto horror...un abrazo a la distancia.
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