Eras la rosa más linda del jardín
Y yo un apuesto crisantemo.
Plantada a unos pasos de mí,
Incapaz de rozar tus pétalos
Por más que mi flexible tallo
Se inclinaba hacia tu fragancia,
Con tu altivez desconcertante
Me hacías sentir un capullo.
Bajo la pasión primaveral,
Mis encendidos estambres
Estaban a rebosar de polen
Y mi único y gran objetivo
Era impregnar de esporas
Tus receptivos pistilos
Para mezclar nuestras savias
En la hibridación del cigoto.
Me quedé sin energías
Al lanzarte mis semillas
Pero huracanes en contra
Me impedían darte alcance.
Todo pareció solucionarse
Cuando una oportuna abeja
Comenzó a recolectar
Mis fecundas partículas
Y una vez bien cargada
Con firmeza echó a volar
En dirección a tus dominios.
- vuela, vuela, abejita,
Vuela rauda y con tesón,
Eres mi salvoconducto
Para concretar esta pasión.
Machea con mi esencia
A esa rosa tan hermosa,
Que muero por fagocitarla
Y demostrarle que mi amor
Por ella no es flor de un día-
Mi arenga insuflaba aliento
A aquel inagotable insecto,
Pero justo antes de posarse
En el meollo de tus pistilos
Decidió dar marcha atrás
Para volver a su colmena.
Entre petalosas convulsiones
Me fui al fin marchitando
Al saber que mi descendencia
Habría de terminar hecha miel.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de marzo de 2020 a las 06:38
- Comentario del autor sobre el poema: En atención a la propuesta semanal de Carlos Armijo. Carlos nos vas a volver locos(de remate), un día nos animas a entristecer y al día siguiente nos pides que riamos. Así debe ser la vida, un permanente estado de convulsiones emocionales, y pobre del que ya no le vibren los estambres o pistilos.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
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