Pasta sin queso

Hubo un tiempo que todo de lindo y placentero de mi vida se conectaba presencialmente con vós

Por la distancia esa conexión pasó a ser virtual, pero igual en todo.

Besos y abresos virtuales... Poesias e imágenes de belleza.

Un bello día, o capaz no tan bello, parte da la conexión virtual dejó de ser tan frecuente. Yo me conectaba, sin embargo, con mis memorias de nuestros momentos.

En algún otro momento añadí fantasías de la internet que, como ya no teníamos más momentos de ápice a la distancia tan frecuentes, eso ya no era más compartido con vos

A las primeras veces te comenté algo, pero como no quisiste jugar ese juego (ya jugábamos mucho menos a la distancia) dejé de comentarte sobre eso. Seguí amándote con pasión, compriendendo tus tiempos y ajustando los míos

Bajé un escalón más al vivir con vos y esperar para estar solo en las mañanas para poder relajarme para seguir con mi dia. Cada vez menos nuestros tiempos se conectaban. Por veces hablavamos menos de que cuando estábamos a 3000 km de distancia. Yo estaba, de a poco, conviertiendome parte de tu rutina. 

Últimamente, la rutina me aplastra y me disuelve de tal manera que ni mis ajustes de tiempo puedo hacer. Me quedo para vos insoportable y denso. Mi frustración acumulada ya me sale por los poros y vuelve locoa a la perra que todos los dias me lastima. Mi espalda y mis brazos ya se parecen una obra de arte abstrata de tantos moretones y tantas rayadas.

La poesia tampoco volvió y hace como dos siglos que no las leyemos. Nostagicanente me acuerdo de una, que capaz fue mi mejor poesia cómico-erotica: la de la chica de sistemas. La chica nunca más la vi. La poesia se quedó atrapada atrás, junto con un montón de otras cosas. La cajita de magia seguro ya no existe más, o, si existe, está en la baulera del pasado. No hay más ningún queso para poner en la pasta, no hay pasta, no hay poesía...