Deja que afloren los sueños
y que vibren los sentidos
mientras la noche comienza
y despiertan los vinilos,
será la plaza, de nuevo,
un lugar, donde los niños,
puedan bailar sin descanso
y jugar con sus amigos,
serán cortinas doradas
y estanterías de libros,
que se despiertan de pronto
para seguir su camino,
así vendrán a los ojos
muchos cuentos infinitos,
donde los hombres son libres
y hasta se sienten queridos...
Deja que tome tu mano
para cruzar este río,
porque las aguas que bajan
forman algún remolino;
y yo no quiero perderte
por ese dulce motivo,
el de tener a tus dedos
entrelazados y asidos,
luego veremos las garzas
y hasta los elfos tan dignos,
mientras las hadas se duermen
en el invierno muy frío,
mira, conmigo, las aguas
junto a los juncos divinos,
en el estanque dorado
donde renacen suspiros...
"...Deja tu mano en mi pecho
para sentir sus latidos,
y compartir tantos sueños
en este otoño amarillo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 1 de marzo de 2020 a las 14:44
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Flor de otoño, Yamila Valenzuela
Comentarios1
Ternura total, delicadeza en el amor, entrega absoluta.
me encantó.
Apapacho querido Rafael.
Gracias Yamila.
Un abrazo.
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