Una hora

Pensamiento impuro
mujer de vida airada
que conoces
mi talón de Aquiles
y que haces vibrar
con sólo tu mirada
todas las cuerdas
de mi deseo
de hombre común
desangrando mis sentidos
como una sangría
letal del alma
quédate conmigo
aunque sea sólo una hora
a la sombra de una
mentira de amor
mientras me acaricias la cabeza
y me tiras de los cabellos
empujando mi cara
dentro de ti
hasta no sentir más las mandíbulas
sofocado por el contraerse
de tus piernas
que se cierran como un rizo
alrededor de mí
robándote un gemido
un grito
y una caricia del corazón
y de tus ojos lánguidos
hasta volverse a relajar
para alcanzar juntos Morfeo
en un tierno abrazo