Yo no quería romper ese corazón,
fué lo oscuro que me habita
que no entiende de razón.
No quería plantar una flor en el desierto,
ni sembrar amaneceres en las noches,
ni soñar un sueño muerto.
Yo no quería, ¡maldito amor!,
fue el amor, no fui yo,
es él ahora dueño de este dolor.
Cómplice es el recuerdo,
del amor, de la nostalgia,
de esto sin remiendo.
Y ahora yo soy el dueño,
de lágrimas que brotan
de unos ojos trigueños.
Ojos que yo quería,
hermosos ojos, miradas
que muy dentro mío latían.
Amor, yo solo quería amarla,
pero te convertiste en ésto,
que solo sirve para dañarla.
Solo amarla quería amor,
pero te convertiste en ésto,
solo olvido, solo desamor.
SALO.
- Autor: Salo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de marzo de 2020 a las 01:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Amnesia, Daniela Mora, Yamila Valenzuela
Comentarios1
Al amor hay que cultivarlo, mimarlo, acariciarlo; porque si no, se convierte en lo que dice el final de tu poema.
Buen poema, buen tema mi querido Salo.
Apapacho!
El amor, el amor, es tantas cosas mi querida Yami, a veces una nostalgia profunda, a veces una alegría inmensa, que gratificantes son tus comentaros amiga, te mando muchos abrazos a la distancia.
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