Se venia contra todos...
Érase una vez un lugar cerca del mar
en este lugar las personas vivían de los presentes que traia el mismo entre sus olas
siempre había algo bueno de que hablar.
Nosotros veníamos de un lugar donde no se apreciaba tal tranquilidad
mucho menos esa arena blanca y la fauna marina donde durante las horas del día poder jugar
Fue una odisea llegar ahí, atravesar por cuanto risco, roca torcida o caída abismal que nos pudimos encontrar
sin mencionar los recuerdos de todas esas personal que tuvimos que abandonar
A paso lento y atento como una pirámide humana, escalábamos una pared de rocas
el Jenga de la vida lo podías creer, los pasos de unos guiaban los pasos de otros
cada quien elegía su camino a la hora de avanzar, como siempre había algún osado
degenerado que amenazaba con arruinarlo todo, esa fue la señal, la luz verde
para reconsiderar tanto la propia como las ajenas previas y próximas jugadas
y conseguir la manera de evitar el fin del juego, aquella caída brutal.
Ahí estábamos todos y tenías que hallar el modo de encontrar un atajo
otra salida, alguna que incluso pudiera cobrarte la vida...
Rayos!!...
Entonces habiendo hecho lo dicho encontré este lugar
sentí por un instante que estuve a punto de caer por ese pico encriptado
tuve vértigo y estuve a punto de caer sobre este lugar
de poca calma pero mucho placer, una joya...
aunque para mi infelicidad y mala gracia, como pájaro de mal agüero
fuí el caballo de Troya que solo trajo desgracia.
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