Busco las huellas
que dejan los flamencos
en el otoño.
Pero es invierno.
El lago está en silencio.
Nada se escucha.
Aquel remanso,
de paz y de alegría,
hoy es recuerdo.
Sigo adelante,
buscando las garcetas
en la campiña.
Hay campos yermos,
están abandonados,
con matorrales.
¿Dónde quedaron,
la gracia y la hermosura,
que tanto añoro?
Quiero encontrar
la magia de los bosques
que tanto amé.
Pero el invierno
me dice que no busque
que es imposible.
Entonces lloro,
con lágrimas del niño
que hoy no lo es.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/20
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Autor:
Pyck05 (
Offline) - Publicado: 8 de marzo de 2020 a las 08:36
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: LEONARDO HENRRICY, alicia perez hernandez
Offline)
Comentarios2
Como añoramos la niñez...
Precioso. Un placer leerte. Saludos
Gracias Nuria.
Saludos.
SIMPLEMENTE BELLOS VERSOS.
SALUDOS POETA
Gracias Alicia.
Saludos.
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