Cuando muera
- A MI PADRE. Bello, 05. 2020
Nunca escribí para tí una palabra,
y voy a escribirla con sangre y con alma,
como campesino sencillo, y en calma
pasaste la vida sin abracadabras.
La niñez dejaste cuando eras el alba
de una vida nueva que alzaba las alas,
alcanzar queriendo la vida anhelada,
la que con migajas la infamia compraba.
Tu sudor, tu esfuerzo, tu anhelo robaron,
tu ilusión, tu sueño, todo lo quemaron
pero con tu espíritu siempre libertario
nadie pudo nunca, y solo lograron
templar más tu acero y de ti heredamos
vivir sin cadenas, con el alma libre, sin amos, no esclavo
II
Él falleció esperando regresar a la tierra,
y no como difunto, sino de labrador,
para sembrar de nuevo el pan coger que alegra
la cocina del campo y engrandece el amor.
Él soñaba despierto sembrando otras fanegas
de plátanos, maizales, caña dulce y frijol,
y en corredores grandes donde los niños juegan
quería ver los nietos gritando de emoción.
Pero él ya había perdido sus tierras y sus siembras
Y sus mejores vacas ardieron en las quemas
prendidas por quien odia a quien no piensa igual,
y el falleció esperando las épocas más buenas
para ver con sus hijos florecer azucenas
a lo largo y lo ancho del balcón ideal.
III
Lo vi entregando la comida suya
a quien iba de paso y llevaba hambre,
sé que cambiaba una camisa sucia
por su camisa nueva sin quejarse.
Él daba lo que era sin astucia
y de ñapa encimaba su talante
siempre sonriente, nunca con argucias,
porque en todos veía un caminante.
Él todo lo perdió y ganó todo
porque nunca pensó de ningún modo
en volver a la fuerza por lo suyo,
jamás gana el que intenta con un robo
hallar para sus huesos acomodo
porque pierde lo ajeno y lo que tuvo.
- Autor: fernandocardonakaro ( Offline)
- Publicado: 11 de marzo de 2020 a las 01:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
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