Noto mis ojos cerrados,
y mi voz apagada.
Veo un destello de luz,
y pienso que estoy muerto.
Una dulce luna vi
entre el oscuro cielo,
colapsado de estrellas,
estrellas estrelladas.
Cuento segundos,
los segundos que me falta para morir.
Encuaderno mis recuerdos en álbumes,
para que mi mente no me las robe,
para que tu enfermedad no me las quite.
Tus ojos oscuros me contagian,
como veneno en mis venas fuese.
La sangre que derramé en su momento,
tan sólo es una vida perdida en la playa.
Recuerdo estar contigo a orillas del mar,
contando segundos,
y viendo cómo el mar
me mancha los pies de su suciedad,
cómo mis manos se entierran entre el olvido,
y cómo mi cuerpo se convierte en un cadáver a punto de pudrirse.
...Y mis huesos se convierten en alimento del olvido.
- Autor: Dara, La Rusa, Sanz, etc. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de marzo de 2020 a las 12:33
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.