El llanto no conmueve,
las cicatrices y las manos frías tampoco.
Los ojos arden y las pestañas se deshacen,
se quiebran, ya no soportan la inundación.
Los ojos quedan desprotegidos, quieren cerrarse,
y dormir en paz.
La soledad no conmueve,
el olvido y la muerte tampoco.
Los labios se resecan, y lanzan su último grito.
Los gritos de dolor no conmueven,
los de miseria y abandono tampoco.
Y en un jardín de rosas sin espinas, llora la alegría.
- Autor: ArgPlata ( Offline)
- Publicado: 15 de marzo de 2020 a las 18:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios2
Precioso. Un placer leerte. Saludos
Awwww, muchas gracias hermosa.
Y en un jardín de rosas sin espinas, llora la alegría.
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ME GUSTÓ.
SALUDOS POETA
Gracias bella, besos n.n
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