La luz de la esperanza no se apagará jamás

 

 

 

La luz de la esperanza no se apagará jamás 

 

 

Para qué ahora quejarnos,
si en el cielo azul el sol
nos calienta con ternura,
con su brillo de crisol
nos recuerda con dulzura
"no perdamos el control".

 

Ésto solo es un tembor,
una tormenta en un vaso,
un soplo sin tempestad
y del futuro un retraso.
Ésta nueva enfermedad
no és ni será nuestro ocaso.

 

Algunos alzarán vuelo
quizás antes de su tiempo,
desde arriba mirarán
a otros hombres que a destiempo
contra el virus lucharán
con pasión y a contratiempo.

 

Nuestra madre tierra tiene,
su voz, su propio lenguaje;
hace siglos que gritando
envía un crucial mensaje:
"Al mundo están destrozando,
muy caro será el peaje".

 

Y no quisimos oírla,
no quisimos ver el daño
mortal hecho en sus entrañas.
Merecemos un regaño,
sí... por tantas artimañas
echas como mal rebaño.

 

De ésta seguro saldremos
pero no por nuestra gracia, 
ni por nuestra inteligencia,
tampoco por nuestra audacia,
ni siquiera por la ciencia...
¡Mucho ojo a ésta advertencia!

 

Estemos ahora en vigía, 
que no somos como dioses
esto no es mitología, 
sólo en Dios tu alma reposes.

 

 

Un beso y una oración
Qué Dios bendiga a todos.
Alfredo Daniel Lopez
23 - 03 - 2020