El relinche espeluznante que aterroriza al pueblo en días sagrados
Las cadenas que arrastran el empedrado bulevar
¡Se han escuchado!
Los lamentos de quién algún día fue dueños de esas tierras
Ha regresado, ahora con ilusión de ser perdonado.
Es don Antón
¡Al infierno ha sido condenado!
Por olvidar su afanosa promesa a la patrona de los necesitados
Ahora solo su apariencia repulsiva y cadavérica
Galopa, galopa sin algún destino y derrotado.
Su condición de caballero acaudalado
Heredero de padres reales, propietario de esclavos
¡La epidemia le ha tocado!
A sus amadas damiselas la muerte ha rodeado
Es don Antón
¡Al infierno ha sido condenado!
Por olvidar su afanosa promesa a la patrona de los necesitados
Ahora solo su apariencia repulsiva y cadavérica
Galopa, galopa sin algún destino y derrotado.
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