He bajado la sierra al ocaso, tras par horas del mediodía
me acompañan las aves de la noche, decidieron madrugar
subí la cuesta con odio y dolor, perdido, ciego
ahora bajo triunfante y ya no me arden las heridas,
no triunfé sobre nada,
ni sobre aquellos, ni sobre aquellas,
que me tomaron por sujeto de autopsia después de matarme,
no triunfé sobre la mano autoritaria que me abandonó antes de saber yo hablar,
no tuve que triunfar sobre ninguno de ellos, ni sobre el azote de la vida
me bastó triunfar sobre mí mismo, y renacer como aquel que trae perdón.
Me bastó triunfar sobre mi ira que enmascaraba lágrimas,
Me bastó triunfar sobre mis puños que escondían palmas flageladas
Me bastó triunfar sobre todo aquello que me hizo ciego y autodestructivo.
Ahora bajo, y traigo las palabras que necesitaba en el pasado,
Bajo queriendo purificar los corazones que me rodean,
Bajo queriendo dar luz al que, perdido, se tropieza como yo me tropezaba
Bajo soñando con un mundo nuevo para todo aquel que murió una vez,
Para todo aquel que ha creído que llegó al fin de su camino.
Llego ahora al valle, pero jamás he estado tan arriba.
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Autor:
Dablodv (
Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2020 a las 03:07
- Comentario del autor sobre el poema: El ocaso es una representación de la vejez. El mediodía, aquí, representa algo así como el primer momento de la adultez.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 18
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