Cielo cubierto
de nubes muy plomizas
mientras te busco.
Estás callada,
mirando al horizonte
y pensativa.
Quisiera estar
en ese pensamiento
de tu cabeza.
Mi corazón
te llama por tu nombre,
en sus latidos.
Desde el silencio
me acerco hasta tu lado
te doy la mano.
Tú te sonríes,
me ofreces tu mejilla
y yo te beso.
Luego volamos,
igual que aquellos niños
de nuestra infancia.
Porque, en el fondo,
queremos esos sueños,
volar con ellos.
Sonríe el cielo.
La luna y las estrellas
están contentas.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2020 a las 08:06
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela
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