Te miro entre la noche dormida,
la montaña duerme en silencio,
entre las rocas la mora prendida,
fue su lugar de un puro senténcio.
Para mis ojos clara y triste mirada,
el faro en la noche ilumina la barca,
tus cabellos al viento hermosa tonada,
te dejas llevar en los maderos del arca.
La rosa que llevas prendida en tu pelo,
es la rosa que deje en tu almohada.
Las estrellas celosas de ti en el cielo,
no dejan la rabia que hay en su mirada.
No te alejes amor que fui el primero,
que beso tu boca en aquel parque.
Feliz en mi viaje en aquel velero,
buscando un lugar que no encontré.
Las semillas al caer suaves en otoño,
suave se siente en el suelo su caída.
luego el renacer de sus retoños,
con tus manos le acaricias, dando la vida.
La calma de las olas besa la arena,
la barca se ve triste en alta mar.
El grito desesperado de las ballenas,
tu corazón abandonado no puede amar.
La luna vaga triste por el cielo,
esperando que Dios la acompañe,
el sol a Dios le enseña su celo,
le pide de lejos que con el no se ensañe.
Nada es mas lindo cuando tú me quieres,
cuando te dejas caer a mis brazos noche y día.
Nadie comprenderá que sois y que eres,
para mi, mí eterno amor, mi dulce María.
Tiernas flores de regalo eh de llevarte,
ante tus ojos cerrando los míos las dejaré.
Ante Dios juré siempre amarte,
ante Dios dulcemente tu mano besaré.
- Autor: Yo Claudio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2020 a las 11:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
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