Beso la botella etílica mientras una de mis manos trémulas sostiene un cigarrillo. Calmo la victoria, llegué a una conclusión; no existe derrota en este periodo de absurdidad llamado vida. Al igual que lo material, sufrimos la obsolescencia programada, algún día pereceremos y nuestra luz se apagará sin que tal hecho cobre ningún tipo de relevancia... ¡Otra bombilla más que se ha fundido! Pero... ¿Habrá brillado alguna vez? No hay remedio, y cuanto antes nos demos cuenta, menos esclavos seremos y los grilletes pararán de acribillar nuestras sangrantes muñecas. El tiempo pasa inexorablemente, nada es permanente, nada trasciende.
- Autor: Nervio errante ( Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2020 a las 21:21
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Augusto Fleid
Comentarios1
Todo puede trascender o no... según lo hagamos trascender. : )
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