I
Soy el rostro que no quiere verse a si mismo,
tentando los cielos de algún hemisferio.
Soy la conciencia más pura, ahogada en el grito,
sudoroso de sus bosques.
II
Y nada, quiere el tiempo del horizonte,
Nada de risas, nada de acéntos,
ni tronos, ni reinos, ¡echa un vistazo!,
que aquí, se fabrican, tramoyas que espantan,
porque tengo un duelo a muerte, con los astros.
III
Pero el brillo ardiente de la luna y el rostro mas oscuro del olvido
no quieren admitir sus culpas, ¿Valdría la pena, cambiar de nombre?
cambiar de lengua, de voz, de goce, si de querer se trata en esta vida.
yo quiero, senderos de paz y espigas
yo quiero a mi pueblo, armado de paz y virtudes.
IV
Lo quiero paciente, valiente, ingenioso y seguro.
libre de pesar, los quiero a todos juntos,
padre, madre, hijos y hermanos
porque grabado tengo en los atardeceres de noviembre
los sueños rotos, de mis costas favoritas.
V
Así, mi cuerpo envejecido viaja,
bajo las sombras de una sonata que arruyada por la ira,
abraza a ese tiempo perpetuo, que estacionado está,
en el andén de su memoria, antañoza.
sab26/3/20/7:pm
- Autor: Mariela Briceño Fuentes (mbf@vicsof) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2020 a las 09:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Lualpri, Kapirutxo
Comentarios1
MUCHOS SUEÑOS ROTOS HAY EN NUESTRA MEMORIA YA ENVEJECIDA PERO NO QUEREMOS PERDONAR Y BUSCAMOS ECHAR LAS CULPAS A OTROS. PLACER LEER.
SALUDOS POETA
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