Desde las oscuras desdichas de un ayer desértico,
brotan los oasis de tus besos locos,
un viaje de maletas vacías,
donde los recuerdos no pesan nada.
No puedo ver imágenes,
un velo cubre todo lo que esconden los tiempos,
el amor no entiende de límites ni formas,
solo bebe de los labios sin ojos.
Soy una criatura sin nombre que busca en los mayores silencios,
soy aquello que nunca puedo ver,
un camino que se aquieta cuando pronuncio tu nombre,
donde la fragancia de tu alma es la luz que desvanece mi calvario.
Un calvario escondido,
en los más profundos abismos,
entre mi ausencia,
y mi sombra.
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