Las lagartijas corrían
por miedo a mi resortera,
con mi mano muy certera
grillos y ratas morían.
Ni uno ni otro se comían
aunque lo lanzaba al fuego,
caminada como griego
con la túnica y un palo,
no se si era un niño malo
pero herir era mi juego.
Apunte a los pajaritos
también para darles muerte
más con su alas y su suerte
se escapaban de mis gritos.
Contar mis muchos delitos
sería llenar un libro,
hoy en la nostalgia vibro
con recuerdo de mi infancia
y perdiendo la arrogancia
mi esencia inerte calibro.
😃🎻📚🔖🌹😉😎😊
Luis. Angel Castillo Aguirre
Los Derechos Reservados // 01-04.2020 //
Foto tomado de Red
- Autor: ....s🔥....l (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2020 a las 14:43
- Comentario del autor sobre el poema: Inspirado en otras lagartijas // 🤣🤣😃👍
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Rafael Escobar, Aqua Marina, José López Moreno.
Comentarios1
Perfecta en su estructura. Y lindo el tema. Aunque no usé resorteras, A los diez años me regalaron el primer Wibchester 22. A los 14, era uno de los mejores tiradores del pueblo y me invitaban los cazadores de venados y jabalí. Nunca disparé a pajaritos. Me hiciste recordar esos tiempos. Felicidades mi amigo.
un Wibchester 22... ¡orale maestro! Usted, si es de armas tomar..
mientras , yo me creía grande por los roedores
Ud, ya era parte de los cazadores...👍👍
Un saludo..
Tu creciste en ciudad.. Yo crecí en el campo. Mis padres eran poseedores de una hacienda donde habían desde ardillas hasta leones. Y me encantaba ir. Además mi padre había sido un militar que a los 18 años se había graduado de piloto, y el me enseñó a disparar desde pequeño. Había participado en el desembarco de Normandía. Fue parte de las tropas que Somoza García envió a E E. U. U. para apoyar a los aliados.
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