email, para tí, amigo

No es un poema.

asunto: Quiero morir en paz.

Querido amigo, hola. ¿Cómo has estado? Hace mucho que no hablamos, recuerdo haberte mandado un mensaje hace unos meses en 2019, no se si o leiste, sí aún les mis mensajes realmente. Quiero contarte acerca de porque estoy haciendo esto. 

No estoy deprimida, ni triste.

No quiero morir literalmente, solo quiero dejar ir el viejo yo.

Hace unos años me mudé a otro país, y durante los primeros meses, incluso podría decir que el primer año fue un infierno. No es fácil, habia subestimado mi poder de adaptación, pensé que podía. No pude. Dos años después, recién puedo darle el duelo que merece. Ya no voy a la panaderia de la esquina antes de ir al colegio, tampoco paseo a mi mascota en el parque del al frente. Ya no voy a la iglesia los domingos, ni lo sábados. Ya no uso messenger, ni facebook. Ya no como en la hamburguesería que esta a la vuelta de mi casa, ya no voy al cine en el centro comercial con mi familia, no veo a mis amigas después del colegio en el centro comercial que esta al frente del colegio, ya no pinto cuadros y los pongo en sobres para regalarlos, ya no me quedo hasta muy tarde haciendo la tarea, ya no me quedo hasta tarde hablando con él. De hecho ya no me quedo hasta tarde escribiendole una carta a ella. 

Aunque ya no hago nada de esas cosas, hay cosas que sigo haciendo, aún colecciono libretas que si bien podrían estar años en mi biblioteca y solo habré llenado una o dos hojas de cada una siguen ahí, aún colecciono postales. Aun tengo una caja con las tarjetas y cartas que me regalan, aún tengo ese horrible cardigan azul con lunares blancos, incluso aun tengo el perfume que me regalo mi hermana. Aun no se ahorrar y sigo con el viejo hábito de dar psicología barata a todos mis amigos. Sí, tenías razón cuando dijiste que nunca me quitaría el hábito de escribir antes que hablar. Y sí, aún me estreso cuando algo sale mal incluso cuando esta fuera de mis manos. Esas son mis marcas, todas las cosas que sigo haciendo no importa donde esté, es lo que me hace ser yo. Y tuve que pagar 700 pesos en un consulta para que me dijieran que necesito entender que debo pertenecer en algun lado sin dejar el otro lado. 

Ahora, voy a la casa de mis amigos, fumamos un poco y comemos mucho. Ahora, no voy a la panaderia, recaliento el pan que mis padres hacen, incluso saco a mi perra al patio, ya no tengo que ir hasta el parque. Ahora no creo en Dios, creo en mi misma y si existe algo afuera mas poderoso que nosotros bien por el o ella, yo no necesito más poder o propósito del que ya tengo en mis manos, es mucho para manejar, los fines de semana hago mis tareas, descanso o voy al parque a reírme con mis amigos, después del colegio voy a mi casa dormir, porque la verdad me he vuelto un poco floja pero que importa, aquí las cosas no son tan rápidas y me alegra, no dibujo ni pinto, me di cuenta que aunque fui muy buena en eso hace un tiempo no me llama la atención, me estresa cuando no lo logro así que mejor lo dejo, mejor cocino. Las tareas se han vuelto más simples, puedo hacerlas en clase o en la tarde sin tener que acortar mis horas de sueño. Ahora no tengo que quedarme hasta tarde hablando con alguien, porque me costó mucho admitir que querer a alguien y que te divierta pasar tiempo con alguien no significa que te gusta, que lo quieres, de hecho yo solo quería que hablaramos y las cosas se salieron de control. Un poco tarde fue cuando me di cuenta y pido perdón por generar confusión. Ahora sé lo que me gusta, ahora sé porque me quedaba hasta tarde haciendole cartas a ella. incluso cuando ella estaba enamorada de alguien que jamás podría ser yo. Ahora somos amigos, soy amiga de ambos, sin embargo no les hablo seguido porque el tiempo pasa y aquí tengo una vida también, una en la que vivo presente. 

Tenía que darle un cierre a todo esto. Espero estar haciendolo bien amigo, quien quiera que sea que tenga el coraje de leerlo completo, porque dudo que pase. Sin embargo, creo que ahora sabes más de mí que yo de tí, incluso sabes más de mí que mis mejores amigos aquí. 

adios amigo, te escribiré pronto, cuando haya terminado el funeral y el duelo. 

lamento mucho las faltas ortográficas. Sigo siendo muy floja como para corregirlas ahora.