Muchos fueron los momentos que el pensamiento de manera cariñosa me concedió su presencia,
estrechamos nuestras manos y las estrujamos en nuestros pechos, empeñados en agitarse con palpitaciones de puro sentimiento.
Que privilegio inmenso tengo como enamorado, gozar de su presencia en la distancia, besarnos a nuestro antojo,
abrazarnos y, hasta imaginar momentos sublimes de risas y pasión.
Todavía debemos esperar algunos días para nuestro próximo encuentro, reconozco que la ansiedad por verla me entusiasma,
me impaciénta, le pido entonces a los ángeles del cielo, que el tiempo corra de prisa, cuando finalmente el día llegue,
sellarémos con el beso anhelado la confirmación de nuestro amor.
Comentarios1
Genial! Completamente genial
Muchas gracias, muy amable.
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